La incontinencia urinaria se define como una pérdida involuntaria de orina que supone para el paciente un problema médico y social. La incontinencia urinaria de esfuerzo tiene una prevalencia de alrededor del 40%; si bien este porcentaje varía dependiendo de las fuentes consultadas, se trata de un problema infradiagnosticado: son pocas las personas que consultan por este motivo, aunque hoy esta tendencia esté cambiando.
Muchas de las personas que padecen incontinencia urinaria no saben que existe un tratamiento conservador, sencillo y eficaz, a través de la fisioterapia. Este tratamiento, que va mucho más allá de los ejercicios de Kegel, se diseña a medida del paciente en base a su problemática particular, sus necesidades, y sus capacidades, cristalizando en pautas y ejercicios personalizados.
La fisioterapia para el suelo pélvico ha demostrado su eficacia en problemas de incontinencia urinaria de esfuerzo, pero su ámbito de actuación va más allá, siendo también de gran utilidad en los siguientes casos:
- Recuperación postparto: especialmente en partos donde haya habido dificultades, sin importar que hayan sido vaginales o por cesárea.
- Dolor pélvico: cicatrices dolorosas, dispareunias, coxigodinias…
- Prolapso leve: en los grados I y II es útil para evitar los factores desencadenantes y agravantes como la mala gestión de la presión abdominal en momentos hiperpresivos y la postura.
- Antes y después de cirugía para instaurar pautas de higiene postural que ayuden a resolver los factores mecánicos subyacentes.
Para esto se evalúa el control motor de la región lumbopélvica, con el fin de identificar aquellos músculos que están hipo o hipertónicos y/o que no se inhiben, preactivan o coactivan con sus sinergistas y antagonistas de manera adecuada como resultado de una secuencia de activación motora deficitaria, y que hacen que el sistema musculoesquelético y visceral no se mantenga estable y disfuncione.
Algunas de las técnicas que se utilizan son la electroterapia y el biofeedback, la terapia manual, y los ejercicios hipopresivos y de estabilización lumbopélvica para fortalecer toda la musculatura implicada en la disfunción. También se utilizan pautas de higiene postural, respiración y reeducación abdominopelviana de esfuerzo para evitar los factores agravantes y perpetuantes.
Laura Álvarez
Fisioterapeuta. Osteópata D.O. Recuperación del Suelo Pélvico.
